En una cesárea, el médico, o el obstetra, hace una incisión en el abdomen y el útero mientras la madre está bajo anestesia epidural o espinal. La anestesia general no es común durante una cesárea. El corte suele tener entre 10 y 20 centímetros (cm) de longitud. Con la anestesia epidural o espinal, la parte inferior del cuerpo permanecerá sin dolor a pesar de que la madre no esté completamente inconsciente. Pueden experimentar una sensación de tirón.
Después de una cesárea, una mujer y su bebé pueden esperar permanecer en el hospital de 2 a 4 días.
Es probable que la nueva madre experimente dolor en el sitio de la incisión, calambres y sangrado con o sin coágulos durante 4 a 6 semanas. La intensidad de estos síntomas variará para las diferentes mujeres que se han sometido a la operación, pero deberían mejorar con bastante rapidez a medida que pasa el tiempo.
La paciente deberá restringir la actividad física al regresar a casa hasta que un médico diga que es seguro reanudar la actividad normal, regularmente de 4 a 6 semanas después de la cirugía, por lo general, recomiendan que las pacientes eviten el ejercicio intenso, levantar objetos pesados o tener relaciones sexuales.
Durante el período de recuperación, una mujer puede seguir los siguientes pasos:
Mantener la hidratación bebiendo mucha agua
Tomar los medicamentos según las indicaciones
Descansar cuando sea necesario
Brindar apoyo a la incisión y el abdomen con el uso de un cinturón de embarazo o una almohada.
Cuidando de la herida
Limpiar y secar suavemente la herida todos los días.
Usar ropa holgada y cómoda y ropa interior de algodón.
Tomar un analgésico si la herida le duele; para la mayoría de las mujeres, es mejor tomar paracetamol o ibuprofeno (pero no aspirina) mientras amamanta.
Estar alerta a los signos de infección.
Las suturas o grapas no solubles generalmente se retiran después de 5 a 7 días.
La cicatriz
La herida en el abdomen eventualmente formará una cicatriz.
Por lo general, será una cicatriz horizontal de unos 10 a 20 cm de largo, justo debajo de la línea del bikini.
En casos raros, es posible que se tenga una cicatriz vertical justo debajo del ombligo.
La cicatriz probablemente será roja y obvia al principio, pero debería desaparecer con el tiempo y, a menudo, quedará oculta por el vello púbico.
En pieles más oscuras, el tejido cicatricial puede desaparecer y dejar una marca marrón o blanca.
Control del dolor y el sangrado
La mayoría de las mujeres experimentan algunas molestias durante los primeros días después de una cesárea y, en algunas mujeres, el dolor puede durar varias semanas.
Se le deben administrar analgésicos regulares para que se tomen en casa durante el tiempo que los necesite, como paracetamol o ibuprofeno.
La aspirina y la codeína, un analgésico más fuerte presente en el co-codamol, generalmente no se recomiendan si está amamantando.
El médico podrá aconsejar sobre el analgésico más adecuado para cada paciente.
También se puede presentar algo de sangrado vaginal.
Usar toallas sanitarias en lugar de tampones para reducir el riesgo de propagar una infección a la vagina y buscar atención médica si el sangrado es abundante.
Cuándo retomar las actividades normales
Es recomendable mantenerse en movimiento y realizar actividades suaves, como salir a caminar todos los días, mientras se recupera para reducir el riesgo de coágulos de sangre. Es importante no esforzarse demasiado.
Se debería poder cargar al bebé una vez que llegue a casa.
Pero es posible que no pueda realizar algunas actividades de inmediato, como:
Manejar automóvil
Ejercitarse
Llevar algo más pesado que tu bebé
Tener relaciones sexuales
Se recomienda iniciar a hacer estas cosas nuevamente cuando se sienta capaz de hacerlo y no sean incómodas. Es posible que esto no sea por 6 semanas aproximadamente.
Es recomendable solicitar consejo al médico si no se está segura de cuándo es seguro comenzar a retomar las actividades normales.
Cuándo buscar atención médica
Solicitar atención médica de inmediato si presenta alguno de los siguientes síntomas después de una cesárea:
Dolor severo.
Fugas de orina.
Dolor al orinar.
Sangrado vaginal abundante.
La herida se vuelve más roja, dolorosa e hinchada.
Una secreción de pus o líquido maloliente de la herida.
Tos o dificultad para respirar.
Hinchazón o dolor en la parte inferior de la pierna.
Estos síntomas pueden ser el signo de una infección o un coágulo de sangre, que deben tratarse lo antes posible.
